El reloj marcaba las 4 de la madrugada. Me he despertado y me levanto con cuidado para no despertarte, sé que mañana trabajas y hace unas horas que ya me has dado lo que me correspondía. Voy a buscar un poco de agua en esa nevera tan grande. Atravieso el pasillo casi sonámbula, entro en nuestra habitación y me doy cuenta que te despertate sin querer. No te digo nada, es mejor que nos durmamos hasta que tu despertador suene las 7. Entreabres tus ojos verdes y te acercas a mi cuerpo empapado en sudor. Me abrazas y yo me giro a besarte. Solo uno pienso, uno de " buenas noches". Siento entre tus labios que quieres iniciar algo más que nuestros simples besos. Tus manos acarician mi cintura, intentando sujetarme.
Ninguno habla ni una palabra pero tu me gritas que me mueva. Sientes mis piernas entrelazarse en tu cintura. Te quedas sin opción enganchado a mi. Tus manos tocan todo lo que pueden acaparar, cada centímetro, cada milímetro de mi piel. Suspiramos en cuanto realizamos nuestra conexión. Me tapas con las sabanas mientras el cuadro de pececitos de colores se nos queda mirando, allí clavado en la pared. Esperando nuestros desenlaces.
Cabalgo. Me subes y me bajas, me llenas y me vacías. Mis gemidos se confunden con los tuyos, todo es perfecto, instantes de éxtasi, de felicidad...
Suena las 7, abro los ojos, alargo mi brazo intentando alcanzarte pero te has esfumado como el humo. Me despierto con tu presencia dentro de mi, con tu recuerdo en mi mente, pero sin tu olor en mi almohada. Abro la ventana y vuelve a hacer frio, miro la niebla y repito entre susurros " Te amo" .Y es que ayer tuve un sueño... solo fue un sueño.
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