domingo, 13 de septiembre de 2009


Tú te sientas en el suelo de tu habitación fría y empiezas a llorar. La vida volvió a reírse de ti por el camino. El destino volvió a jugarte una mala pasada.Tú no quieres oro, ni plata, ni riquezas vanas de este mundo. Solo quieres lo que verdaderamente te llena, lo que verdaderamente necesitas. No pides mucho, pero si imposibles.

Lloras como cada día a las 10 de la noche, sin que nadie sé de cuenta. Lluvia eterna que cae por tus mejillas. Lágrimas saldas, amargas, agrias. Lágrimas transparentes, lágrimas negras que oscurecen tu vida. Esa que quieres compartir con tu amado. Allí estas, despojándote de todo lo que eres, solo para sentir el dolor de tus adentros.
Lloras, solo eso. lloras por él, lloras por ti, lloras por los dos. Parece mentira que aún no comprendas que lo que realmente quieres no se cumplirá nunca. Lo quieres todo. Todo lo que nunca podrás tener. Solo lo quieres a él. Lo quieres para ti. Tú ser suya y que él sea tuyo.
Tienes miedo a sufrir, a seguir años y años con esto a tus espaldas y que se clave en tu pecho como una estaca. Dejara cicatriz en ti, pero sabes que a pesar de todo no cambiarías tu amor por él por nada de este mundo. Esperas porque sabes que él te ama y él sabes que esperaras su llegada, su decisión hasta tu último soplo de vida.
Te ahogas en este vació, en este dolor. A veces sientes que tu carga pesa más que tu propio empeño por seguir, pero miras su foto y dejas toda tu carga a un lado para esbozar una sonrisa repleta de tu lluvia eterna.
Abra un día que arrastraras una maleta, pero ahora serán sueños partidos por la mitad, tu corazón hecho añicos.
Lo que más te jode de todo es sentirte desplazada de todo lo referente a él. Que después de todo lo sucedido y todo lo que has pensado, no puedes ocultar ese amor, ni reprimirlo. Que es él el que provoca tus suspiros y quebraderos de cabeza. Que te gustaría ser de esas princesas de siglo XXI que no creen en finales felices ni principes azules, pero tú sabes que no eres de esas. Eres una soñadora no realista.
Estas tan cansada de decirle que le bajarías las miles de estrellas que pintan el cielo, si él te lo pidiera. Y tan cansada de que él se quede callado y sin pedirte las estrellas. Cansada de que te diga " lo siento" y tú de intentar aceptar la situación. De hacerte la loca.
Convencete que tú no eres ella, y que has perdido el juego antes de haberlo empezado siquiera. Que no te vale que traiga arena de otro mar.
Solo te queda la esperanza de que un día te darás cuenta tu sola, que sigues ( y siempre seguirás ) siendo la otra. No hay hueco para ti. Solo vuela sola

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