lunes, 17 de agosto de 2009

" Ayer posé mi alma en tus manos
mientras tu boca de fresa
derramaba suspiros sobre mi piel canela

Qué ternura,
qué delicadeza...

Entregándome a ti,
callada y quieta,
te regalé mi ser
y mi vida entera,
que arropaste con cariño,
que agarraste con firmeza

“Te quiero, princesa”,
te escuchaba entre susurros
abrazada a ti con fuerza

Qué ternura
y qué delicadeza...

Ayer posé mi alma en tus manos
pero hoy la vi escapar a desgana,
colarse entre tus dedos
y esparcirse,
derrumbada

Y te vi a ti
callado y quieto,
incapaz de reavivarla,
incapaz de retenerla,
mientras yo sólo gritaba
para que no se me fuera...

¿dónde estaba entonces la ternura?
¿dónde, la delicadeza? "

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