
Para mi todo era lo contrario de lo que sentía. Eran dos sensaciones encontradas, contradictorias pero iguales a la vez. Y te tengo que confesar que es lo que aveces siento en mi interior. Aún lo siento aunque no estés conmigo, susurrandome "la vie en rose". Verte, mirándote a los ojos era como tener parte de mi corazón en el Paraíso y la otra parte en el infierno. Me sentía segura entre tus brazos pero sabia que esos mismos brazos me arrojarían al precipicio una vez más. Me tirarían desde lo más alto de este amor, hasta lo más bajo de el sentimiento abandono. Tenia (tengo) miedo a que esta locura acabe con todo. Vivir en la ruina de un silencio o de la espera eterna sin que llegue nunca la recompensa que verdaderamente merecemos. Esta dejandome sin voz, sin palabras para expresar todos los sentimientos negativos que tengo hacia ti. Aquellos que jamás superaran a los momentos bellos que tengo por ti pero que cada día pesan un poco más. Aún con todo me acuerdo que miraba fijamente a tus ojos verdes mi propio reflejo. Y por primera vez en mi vida veía todo lo que me podías dar. Eres la única persona capaz de darme una vida plena o condenarme de por vida. Y eres la única que me conoce del todo sin explicarle nada, conoces mis sentimiento y mis secretos y pese a todo me amas.


No hay comentarios:
Publicar un comentario