lunes, 17 de agosto de 2009

Fueron nueve. Nueve las noches que me llevaste a la locura permanente en la que aún estoy sumida. Nueve días con sus nueve noches. Noches maravillosas en que pude tocar el cielo. En que me hiciste tocar con la punta de los dedos y después me hicistes bajar con una enorme velocidad hacia tierra firme. Sin paracaídas, sin ninguna protección en la que sentirme más segura durante mi derrumbe. Y ahora estoy así, llena de moretones, arañazos y magulladuras en mi interior. Pero me acuerdo, me acuerdo de todas esas nueve primeras noches de esta terrible historia de amor ( ¿o tengo que decir desamor?). De como me bajabas y subías, como me tomabas una y otra vez a tu antojo y calculabas a la perfección cuando llegaba cada uno de mis placeres.


Recuerdo cada una de tus caricias en mi piel y cada uno de tus besos. Cada gota de tu saliva resbalando por mi cuerpo y cada uno de tus líquidos atravesándome por dentro.
Aún noto tus manos palpando cada centímetro de mi ser. Como con tus besos franceses me preparabas para lo que iba a acontecer, y como yo no oponía ninguna resistencia a los pecados que me obligabas a cometer.


Por las noches aún te siento como si nunca me hubieras dejado en aquella estación. Como si te metieras en mi cama de nuevo a adormecerme en tus brazos y al abrigo de tu cuerpo. Como si me abrazaras por detrás, de nuevo, y tocaras todos mis poros para gritarme en silencio que querías jugar un rato más y que eso, era solo un tiempo muerto.
Recuerdo cada una de las noches, cada una de tus miradas lascivas, cada una de las palabras que me regalabas y cada uno de los placeres que me ofrecías.
Siento todavía tu aliento sobre mi, tus finos labios acercándose a mi boca y tu agradable sabor flotando en mi paladar.
Siento como tu ser abría mis ganas de tenerte dentro, como suspiraba al notarte en mi, como me hacías gemir sin que tu pronunciaras ni una sola palabra. Percibo cada aroma que salia de ti, cada gesto que me regalabas y cada detalle tuyo por contentarme aquellas nueve noches. Aprecio aún tu lengua de entre mis piernas, mojando cada uno de mis lados, notando como hacías que el corazón latiera de entre ellas. Te noto recorriendo cada uno de mis pechos y deleitándote lentamente hasta hacerme desesperar.



Ahora dime mi amor, ¿aún recuerdas las 9 noches que pasamos juntos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario